OPINIÓN-EDITORIAL
Sí, es el ejemplo claro de que se va de lo local a lo global. Una chica, de 17 años, en un pueblo de Palestina, es conocida en el mundo entero por un acto que pone de manifiesto el sufrimiento de un pueblo entero.
La de Ahed Tamimi, de 17 años, que tras casi dos meses en prisión preventiva, se enfrenta con una sonrisa ante la corte militar israelí de Ofe ante el jucio en el que está acusada de doce cargos como agresión con agravante, incitación a la violencia o lanzamiento de piedras en los últimos años.
La razón por la que Tamimi es hoy procesada y es un ícono de la causa palestina se remonta a lo sucedido el pasado 15 de diciembre cuando insultó y propinó varias patadas y bofetadas a dos soldados israelíes en la localidad cisjordana de Nabi Saleh. Los uniformados no respondieron y se alejaron de los alrededores de la casa de esta conocida familia de activistas palestinos.
La secuencia fue filmada y difundida por los palestinos en las redes sociales convirtiéndose en vídeo viral y fuente de una nueva batalla mediática entre las partes. No consigo comprender la postura de un pueblo como el de Israel, que ha visto sufrir a sus miembros durante cientos de generaciones.
No logro comprender como tras el holocausto sufrido han metido en un gueto a miles de palestinos a los que no dejan vivir con las esperanzas de un futuro digno. No entiendo cómo nadie se puede pelear con otro ser humano a causa de un pedazo de tierra, la verdad, y deja que miles de niños puedan morir de hambre.
Aunque tampoco entiendo como desde aquí damos besos en los labios a líderes que hacen lo mismo… Pero esa es otra historia de otro editorial más difícil de redactar y de compartir. Lo que sí me explico que es cómo se ha convertido en referente, en un momento actual cuando faltan personas en las que fijarse, cuando sólo son noticias las corruptelas de los que tienen el poder y los que se olvidan que detrás de la grandes cifras económicas hay personas.