Rompiendo barreras: La lucha por una educación inclusiva para jóvenes con parálisis cerebral en España

Uno de cada 500 niños que nacen en España tiene parálisis cerebral, una condición que afecta principalmente a sus capacidades motoras, no a las cognitivas. Sin embargo, muchos de estos niños enfrentan barreras que les privan de una educación plena y de una infancia o adolescencia en igualdad de condiciones. Aunque la educación primaria y secundaria es accesible, cuando llegan al Bachillerato, se encuentran con limitaciones que les impiden continuar su formación debido a la falta de adaptaciones en los centros educativos.

A pesar de su capacidad y motivación, los estudiantes con parálisis cerebral ven interrumpida su educación porque las escuelas no están preparadas para atender sus necesidades. La falta de formación adaptada, materiales y aulas adecuadas impide su acceso a la educación superior y universitaria, lo que vulnera su derecho a estudiar.

La educación inclusiva: un derecho en riesgo

Según el Ministerio de Educación, en el curso 2022-23, el 3,3% del alumnado tenía necesidades educativas especiales, pero en Bachillerato y Formación Profesional de grado superior, este porcentaje se reduce a solo el 0,8%. A pesar de la tecnología disponible, como los dispositivos de seguimiento ocular que permiten a los niños con parálisis cerebral comunicarse y estudiar, estos recursos no se implementan lo suficiente en las aulas de educación superior, lo que los deja en desventaja.

Tecnología al servicio de la inclusión

Los dispositivos de seguimiento ocular, subvencionados por la sanidad pública, ofrecen a los estudiantes con parálisis cerebral la posibilidad de controlar ordenadores o tabletas con la mirada, eliminando barreras físicas y permitiéndoles realizar las mismas actividades que sus compañeros. A pesar de esto, el sistema educativo sigue sin estar totalmente adaptado, lo que frena la progresión de estos jóvenes.

“Ya existen casos de éxito de niños que han cursado primaria y secundaria utilizando estas tecnologías, pero lamentablemente siguen siendo la excepción cuando deberían ser la norma”, afirma Eduardo Jáuregui, cofundador de IRISBOND, empresa pionera en tecnologías de eyetracking y defensora de la inclusión educativa.

Casos inspiradores: Gema y Laura, ejemplos de superación

Gema Canales, una joven de Toledo de 16 años con parálisis cerebral, ha sido la primera estudiante en superar la ESO gracias al uso de tecnologías de apoyo. Su caso ha inspirado la creación de la Fundación Gema Canales, dedicada a mejorar la vida de personas con parálisis cerebral.

Por otro lado, Laura Caño, una joven de Jaén con un 85% de discapacidad y un coeficiente intelectual de 128, está a punto de graduarse en la ESO. Ambas historias son ejemplos de cómo la tecnología puede hacer posible lo que parecía imposible.

“Yo solo soy una chica de 15 años que hace las cosas de manera diferente, pero puedo hacer las mismas cosas que vosotros”, afirma Laura.

Hacia una educación inclusiva para todos

El éxito de Gema y Laura es un llamado de atención al sistema educativo y a la sociedad. Para lograr una verdadera inclusión, es necesario que los estudiantes con discapacidad puedan compartir aulas con otros niños, promoviendo una convivencia que normalice sus realidades y fomente su autonomía social y laboral.

La tecnología está aquí para derribar barreras, pero el reto está en la adaptación de las escuelas y la concienciación de la sociedad. La inclusión debe ser un derecho, no una excepción.