Hay festivales que ofrecen carteles. Otros, experiencias. En un Lugar del Norte ofrece algo más difícil de definir: una atmósfera. Este fin de semana, Cervera de Pisuerga volvió a transformarse durante tres días en un pequeño universo donde conviven la música en directo, la cultura local, el arte emergente y un público que mezcla juventud, respeto y curiosidad. Todo enmarcado en el paisaje privilegiado de la Montaña Palentina.

Con más de 2.000 asistentes, la sexta edición del festival superó sus cifras anteriores, colgando el cartel de lleno tanto en alojamientos como en el camping. Pero más allá de los números, lo que define al festival es su espíritu intergeneracional, rural y contemporáneo.

La programación arrancó el viernes con varias sesiones de DJs al aire libre: Garage Beat y Two Many Coritos pusieron a bailar a los asistentes desde primera hora de la tarde, y Renember cerró la noche con una sesión intensa en el Bar El Rollo.

El sábado, la música se tomó las calles con un pasacalles bautizado como folkgorio, organizado junto al colectivo Samaín. Tradición y desenfado en una mezcla que ya es marca del festival. Por la tarde, el parque de El Plantío acogió una jornada inolvidable: talleres artesanos, ambiente familiar y una sucesión de conciertos que no dio tregua: Guille Jové, El Niño Lord Cäh, Puño Dragón, Los Vinagres y Los Invaders conquistaron al público con directos vibrantes y sin artificios.

Entre concierto y concierto, el EscanariUko —patrocinado por Pastas y Hojaldres Uko— mantuvo el pulso del festival con sets de DJs como Pastillas Pez, Scooby Dub y Minimatik.

El evento ha tenido también un gran eco en redes sociales, gracias al entusiasmo del público, que compartió vídeos, playlists, fotos y mensajes durante todo el fin de semana. «Estamos emocionadas. Cada año sentimos más apoyo, más energía y más ganas de venir a descubrir lo que pasa aquí», afirma Alba Castrillo, directora del festival y cabeza visible de BPM Cultural, la asociación organizadora.

Con raíces en lo local pero proyección abierta, En un Lugar del Norte se afianza como uno de los festivales más singulares del verano: joven, diverso, rural y con visión de futuro.