20 años dando la cara

esther duque

Cada vez son más las velas del pastel que vamos soplando, hace ya meses que comenzamos a tenirños las canas y son las nuevas generaciones las que refrescan los contenidos de esta freeMAG que como vosotros, ha ido evolucionando. Pero en el fondo seguimos siendo iguales: libres. Porque si hay algo que nos define y nos ha marcado ha sido la capacidad de seguir hacia delante. Comenzamos siendo un folio que buscaba patrocinios tras una sonrisa inocente con un sueño, una ‘revistilla’, un concepto que causaba en algunos ‘mayores’ risa y provocaba definiciones de revistilla’, hemos pasado épocas en los que pretendían silenciarnos, nos han vetado en ciertos lugares e incluso han dicho que no valemos y han tratado nuestro papel o nuestras propuestas con un desdén que para esta directora quedan. Han sido 20 años de alguna lágrima, y mal rato. 

Porque si hay algo ligado al edadismo y al machismo es la ignorancia y la falta de interés en la cultura. 

Si hay algo ligado al edadismo y al machismo son dos cosas: la ignorancia y la falta interés cultural

Por eso lo que no ha variado en estos 20 años ha sido la fuerza y el interés por dar la cara por lo que creemos y en ello hemos tenido el valor y el apoyo de quienes nos conocen. De esas personas que apostaron por ese folio en blanco y siguen haciéndolo, por los que creen que el papel es algo perdurable en el tiempo y comprenden la evolución web y en redes sociales, de los amigos que nunca fallan y siempre están para escuchar y dar un abrazo y de la familia que defiende los mismos valores.

Es ese el motivo por el que nunca en este editorial me he callado. Y lo digo en primera persona porque es mi rostro el que veis en la foto. Y nunca me ha avergonzado hablar en este espacio. Sí, cuando relees y ves que tanto la ortografía y la gramática podrían ser de un nivel superior, te sonrojas, pero no cuando miras el contenido. 

Espero que en estos 20 años os haya quedado claro que somos libres para defender la cultura como herramienta fundamental para entender, comprender y compartir. En freeMAG no creemos en la igualdad como tal, sino en la equidad. Dar herramientas al que no tiene para que pueda llegar al mismo nivel del que sí las posee. 

Os pongo un ejemplo: en Gambia, los chicos se prostituyen para comer, y son mujeres blancas, europeas, supuestamente cultas, con sus libros en las piscinas, las que pagan por sus servicios, sin mirar si en su documento de identidad han cumplido la mayoría de edad. 

Uno de esos gambianos, ahorra lo que le pagan por sexo y se lo da a un hombre por subirse a una barca de pesca, preciosa, que brilla bajo el atardecer entre pescadores en la costa del Atlántico, y se lanza al océano para llegar a Canarias, tratando de que dejen de abusar de su cuerpo, Llega a las Islas buscando, ¿qué? ¿Una educación que no puede permitirse en su país? ¿Un futuro sin tener que vender su miembro? ¿Respeto? Y tras saber qué es menor lo metemos hacinado junto a otros jóvenes como él en un centro de residencia temporal a menores no acompañados. 

Para mi equidad es ayudarlo a venir a Palencia, junto a otros 89 o los que hagan falta, a un edificio que estaba vacío y en desuso, darle el apoyo emocional, psicológico y físico que necesita y apoyarlo en una nueva etapa de su vida. ¿Lo deportamos para que vuelva a pasearse por las calles de Senegambia,. el Benidorm de ese país esperando que le vuelvan a tocar el culo y llevárselo a un hotel por tres euros? ¿O lo apoyamos para que pueda tener una vida digna? Yo es que no veo ni media duda… 

Cultura es viajar, leer, ver películas… y ponerse en la piel del otro. No hay que irse muy lejos. Hay personas mayores solas, hay compañeros que sufren bullying que tienen problemas para estudiar… Es tan sencillo dar amor… 

Han pasado 20 años y espero que pasen otros tantos, aunque sólo sea para contar historias o permitir que otros la cuenten. Gracias a todos, principalmente a los que lleváis todo este tiempo apoyando la labor de un medio de comunicación provincial que no existe en otra parte  del planeta, sólo en Palencia.

Gracias especialmente a los centros educativos, universidades, centros culturales, cívicos, ayuntamientos, … A los que permitís entrar esta bocanada de luz cada mes. No somos nadie sin vosotros.