APPs y ecología

Carmen Arroyo

Vivimos en los que usar y tirar se ha convertido en norma. La ropa se tira prácticamente nueva, no se le da la oportunidad de ser aprovechada, al menos para casa, durante otra temporada.

Coser un botón, subir un bajo, arreglar una cremallera, se considera algo del pasado. Y, sin embargo, hay personas, modistas o cosetodo que por poco dinero transforman un abrigo en chaquetón o un vestido largo en otro modelo simpático para el verano.

Pero no somos responsables ni pensamos lo que supone para el Medio Ambiente este despilfarro de ir a la moda comprando ropa en lugares en los que el precio está por los suelos. ¿Nos hemos parado a pensar que detrás de esas cadenas, donde el empresario gana mucho, pero los costes de tela y producción son bajos y están a cargo de talleres que a su vez subcontratan a otros para que hagan más barato lo que ellos no quieren hacer, y de ese modo nace la explotación que no se queda en mujeres y hombres, sino que alcanza a los niños, los más débiles de estas cadenas esclavizadoras?

Claro que es más cómodo ir a una de las grandes superficies y ponerse guapa sin pensar en más. Necesitamos reflexionar: largas jornadas laborales, sueldos miserables, explotación en los horarios. Todo -¿para qué?- para seguir sintiéndonos bien con cambio de atuendo y porque vale tan poco que nos lo podemos permitir. Recuerdo un anuncio estúpido de una crema dental: “Si usted pagarlo, ¿por qué conformarse con menos?”

Para fabricar millones de prendas de usar y tirar porque nos cansamos de ellas, se necesitan cantidades ingentes de agua y de productos químicos contaminantes que deterioran nuestro planeta. Sería bueno pensar en qué es más importante: si estar a la moda o ser un poco más responsables.